Cuentan que en el año 2020, una terrible pandemia asoló la Escuela. Hasta el momento ella seguía sus rutinas de actividades, en su mayoría, repetitivas e iguales para todas y todos. Enseñanza que se recibía desde pupitres individuales en los que debían estar sentados escuchando las explicaciones del profesorado. La Escuela iba acelerada, sin tiempo para parar, para pensar y, de pronto, aparece un virus que nos demuestra que estamos conectados más de lo que pensamos y el miedo se convirtió en un mecanismo de protección que nos permitió ser precavidos para frenar el contagio, desde el altruismo y la empatía.
Sin embargo la Escuela se resistía a parar, quiso seguir danto clase a través de pantallas y un listado de deberes que debían hacer con sus familias. Era como si la Escuela se resistiera a ver la realidad de lo que estábamos viviendo. Muchas personas morían, sin que sus familiares pudieran despedirse y sin hacer el duelo pertinente. La Escuela necesitaba, más que nunca, una vacuna desde lo humano y emocional que pudiera acompañar y ayudar a los más vulnerables.
El tiempo pasó y volvimos a una supuesta normalidad, en la que se pretendía olvidar lo que había pasado. Pero ya nada fue lo mismo. Las personas cambiaron y necesitaban algo más que pura instrucción.
La Escuela seguía ajena a lo que nuestros jóvenes estaban viviendo, no fue consciente del poder de las Redes Sociales y de la Inteligencia Artificial en forma de Chatgtp.
Pero a medida que pasaba el tiempo, empezó a perder el control. La Escuela empezó a temblar, el miedo le paralizó y se notaba una respiración forzada, una tristeza que se apoderaba de sus espacios, ¿ansiedad? ¿depresión?. Todavía no era consciente que tenía un problema de Salud Mental que empezó a contagiar a todas las personas que le rodeaban.
Acompañada por un grupo de jóvenes, pidió ayuda ala Dr. Francisco Mora Teruel, médico y experto en Neurociencia. ¿Es miedo lo que tengo?, le preguntó. Francisco, que no era una persona de dar respuestas inmediatas, se acercó a ella y le regaló un libro donde se podía leer "¿Es posible una cultura sin miedo?"
Y fue así como la Escuela fue consciente que debía conocer lo que sentía para poder transformar su esencia. Y empezó a extraer ideas que aclararan su sentimiento y lo que estaba contagiando a los demás:
1. El
sufrimiento y el miedo no dejarán de estar presentes, como resultado de la
inseguridad e incertidumbre de vida y futuro que al final azotan al ser humano.
2. La
reacción conductual inconsciente de miedo es una emoción innata, universal, que
poseen casi todos los animales. Esta producida por una amenaza, un peligro para
la supervivencia o evocada por el recuerdo de tales peligros y amenazas. En las personas, esta emoción gracias al cerebro y los mecanismos que generan la
conciencia, se eleva al sentimiento. Es un sentimiento desagradable y dependiendo
de su intensidad, puede llegar a ser el terror, pánico y hasta paralizante.
3.La amígdala
es la principal puerta de entrada de información al "cerebro emocional" y ella
misma por sus disposiciones innatas y en sus diferentes núcleos y circuitos, es
la estructura con el diseño especial para detectar amenazas y peligros. Es
después cuando se ponen en marcha las diversas respuestas motoras(contracción
muscular), tanto faciales como corporales, de ataque o defensa, las respuestas
viscerales a través del hipotálamo y tronco del encéfalo, sean la liberación de
glucosa por el hígado (como alimento para el músculo), la activación del
sistema respiratorio y cardiovascular (aumento de la frecuencia respiratoria y
cardiaca), la activación del sistema endocrino (liberación de adrenalina y otras
hormonas) y, por último, la liberación de neurotransmisores, como dopamina,
noradrenalina, serotonina o acetilcolina(monoaminas), que en la corteza
cerebral influyen en el proceso de alerta y elaboración de los procesos
cognitivos.
3.La letra con miedo no entra (Mora, 2015:85). Nadie
al recordar sus propias experiencias pasadas, y todos lo hacemos muchas veces
en nuestras vidas, dudaría que hemos sufrido miedo (sutil si se quiere) en
nuestros tiempos escolares. Desde el primer día, cuando nuestra madre nos dejó
en la puerta del colegio, hasta que salimos de él. Y en ese colegio, y en sus
infinitas vicisitudes, el miedo lo produjo
muchas veces el propio maestro, los compañeros y hasta el olor, los
ruidos y el color de sus paredes. (Mora, 2015:87).
4. En muchos centros escolares un
miedo invisible envuelve su atmósfera. El niño experimenta así una sensación
inconsciente que lo oprime y la aleja de esa espontaneidad que podría potenciar
y liberar sus talentos. Y es solo durante el recreo que el niño se libera
momentáneamente .(Mora, 2015:88).
5.Pero surgen muchos más miedos en el colegio. Hay niños que por distintas razones y causas se sienten, en
grados diversos, aislados, no son populares, no son capaces de formar grupo dentro
de su clase y ese aislamiento les produce miedo, ansiedad, temores que son el miedo al fracaso social. De hecho se ha descrito que sentirse no
querido ser excluido por los compañeros es una de las emociones de miedo más
frecuentes y difíciles de superar en la infancia y generadora de un fuerte
rechazo y miedo al colegio. Miedos que se potencian cuando se silencian el
problema ante los padres y lleva a los niños a sentir una baja autoestima .
Hay muchos niños en los que el miedo nace principalmente del temor a no
alcanzar las expectativas que los padres y los maestros esperan de ellos. Y este es un proceso de retroalimentación en el sentido de que son los padres los
que preocupados del posible futuro poco favorable de sus hijos establecen una
relación inconsciente sobre ellos en sentido negativo, de ansiedad ,miedo... en vez de una relación positiva consciente de estímulo y apoyo. Y eso
mismo se expresa de modo más específico con el temor al fracaso académico, no
solo en el caso del estudiante menos dotado para conseguir aprobar, sino en el
alumno más dotado, incluso superdotado, por alcanzar las máximas notas, siendo muchas veces incompatibles por la
cantidad de tiempo que requiere, con el éxito social y
ser apreciado por los demás del grupo. Creándose una cierta incompatibilidad entre
el miedo al fracaso académico y el miedo a perder las relaciones con los
compañeros y esto ocurre en cualquier nivel de la enseñanza. Asimismo se presentan otra serie de pequeños miedos como por ejemplo: el miedo a la
participación abierta en clase, miedo hablar libremente y expresar lo que se
piensa o emitir una opinión a favor o argumentar en contra de lo que dice el
maestro en clase cuando este pregunta. el miedo a decir una tontería y ser
minusvalorado por los compañeros, miedo a hacer el ridículo. En
este contexto recuerdo lo que me dijo un maestro en una de mis recientes
visitas a un Colegio de primaria: Tengo la impresión de que estamos fabricando
alumnos asustados, adocenados, que no se mueven emocionalmente y no tienen
iniciativa por miedo a equivocarse.(Mora, 2015:88).
6.Y junto con el miedo al fracaso académico no es menor el que padece el estudiante en muchos colegios altamente exigentes con la presión académica en las evaluaciones
constantes, que provocan dosis considerable de estrés y con ellos mal dormir, incluso mal comer. Hay niños en los que esos niveles de ansiedad son tan altos que
muchas veces pueden llegar a padecer sudoración excesiva taquicardia
extrasístoles u otras descargas anormales del sistema neurovegetativo simpático
(el sistema de alarma ). Es curioso y
alarmante a la vez que los niños que sufren estos trastornos neurovegetativos
en el colegio y en particular delante de cada evaluación, mantienen estas
reacciones de alarma a lo largo de la edad y ante cualquier otra situación de
estrés. En cualquier caso resulta evidente que en el colegio
o por lo menos en la mayoría de ellos, el miedo es un elemento que está presente
en toda actividad para mantener cierto nivel de control del sistema .Lo cierto
que tras valorar estas realidades, es fácil deducir que en estudiantes
vulnerables, hay un corto paso hacia la patología generadas por el miedo, por
ejemplo algunos niños se apagan emocionalmente y no aprenden bien en el colegio, existe un apagón de su ilusión, su alegría por
aprender y es con ese apagón emocional cuando aparecen problemas que a veces
pueden asomar paradójicamente en forma no bien diagnosticada de hiperactividad
o con síntomas depresivos que pueden derivar en atención difuminada y dispersa
y con ello en un déficit en el aprendizaje. (Mora, 2015:89).
7.Aunque sabemos que el miedo es una emoción clave y fundamental en nuestro equilibrio interior y en nuestra supervivencia ya que debemos tener miedo a ciertas cosas para no lanzarse a todo tipo de periplos y aventuras sin medida. (Marián Rojas). Debemos ser conscientes que "el miedo ha sido el arma más poderosa y perversa con lo que el hombre a esclavizado a otros. (Mora, 2025:157).
¿En qué medida sería
posible reconvertir las clases en una extensión de ese recreo en donde
no haya miedo a equivocarse y si alegría, espontaneidad abriendo con ello todos
los poros del conocimiento, disfrutar con ella y alejarse de la rigidez reglada
y abstracta de la clase y la enseñanza? ¿es esto posible? ¿se conseguirá con una preparación nueva y diferente de los maestros?¿con una nueva estructura de organización de los
colegios?¿neuroeducación y neuro educadores. (Mora, 2015:88).
Y llega a las siguientes reflexiones y conclusiones:
Todo
el mundo ha experimentado ese sentirse mejor después de hablar de sus
preocupaciones miedos o quiénes les escuchan con interés y empatía y les
devuelven soluciones emocionales coloquiales. Siendo beneficioso desanclar las memorias originales para volverlas a anclar
eventualmente en un nuevo recuerdo, cambiado, diferente y cargado de menor
ansiedad y miedo. (Mora, 2015:124).

Las Escuela necesitaba encontrar soluciones para mitigar una emoción que estaba generando tanto sufrimiento en nuestra infancia y juventud. ¿Y ahora qué hacemos? ¿Por dónde empezamos?
Empezamos consultando a grandes expertos, Marián Rojas nos ayuda ofreciéndonos información relevante:
1.La gestión de las emociones es el gran éxito y la
puerta de entrada al equilibrio personal y al bienestar emocional. Cuando
el miedo realiza un golpe de estado y se vuelve el amo y señor
del comportamiento, nos encontramos ante un problema. En estos casos, la
vulnerabilidad de la persona que lo padece aumenta y cualquier estimulo por
pequeño que sea puede producir una descarga que altera química y
fisiológicamente el organismo. Y ahí surge la ansiedad, el miedo patológico que
bloquea e impide hacer una vida normal.
2. Conocer qué sucede en nuestro cerebro. El centro
del miedo se encuentra en la amígdala cerebral, lugar pequeño pero
que posee una gran relevancia en nuestra vida y comportamiento. La amígdala,
según estudios recientes, está activa desde el final del embarazo. Tiene una
gran capacidad para almacenar recuerdos emotivos y reacciona dependiendo de las
emociones que surgen. Ante
el estrés, un susto o una amenaza se activa el sistema
nervioso simpático. El cortisol (hormona liberada por las
glándulas suprarrenales) se segrega, nos pone alerta y nos prepara para huir, luchar
o sobrevivir. El cortisol, y la adrenalina, revolucionan el organismo,
activando el corazón para poder llevar sangre a la musculatura (para poder
salir corriendo) quitándosela, por ejemplo, a la zona intestinal (en ese
momento no necesitamos comer; por eso la angustia bloquea el apetito).Si
vivimos esa amenaza de forma constante, si nos sentimos estresados
a menudo, si nuestros pensamientos negativos toman el mando de nuestra
vida, el cortisol se cronifica (“intoxicación por cortisol“)
y se va produciendo un deterioro progresivo del organismo a nivel del tejido
óseo (mayor facilidad de fracturas), muscular (roturas fibrilares o
contracturas) y de la piel, acelerándose el envejecimiento.Si la
angustia sentida es muy potente, se producen cambios a nivel cognitivo.
Un ejemplo claro; la actividad en la corteza prefrontal (zona encargada
de resolver problemas) disminuye, y por tanto nos cuesta ver con
claridad las diferentes opciones. La respuesta que surge es, con
frecuencia, la más primitiva, impulsiva y menos racional.
Con la información obtenida, la Escuela decide trabajar las Emociones y plantea las siguientes actividades para ayudar al alumnado a seguir creciendo, con una gestión de las emociones adecuadas.
1.El miedo es una emoción que nos protege, todo el mundo debería tener miedo, ya que activa nuestro Sistema Simpático con el objetivo de protegernos.
2.¿Te imaginas que te encuentras frente a un animal salvaje que pretende devorarte y no tienes miedo? ¿Qué pasaría? Existen tres tipos de respuesta ante el miedo: 1. Huida 2. Lucha 3. Parálisis (hacerse el muerto). Respuestas que preparan al organismo para estas acciones, aunque son reacciones que pueden resultar incómodas cuando no sabes por qué están sucediendo.
1. El arte de escapar 2. Lucha 3. Tanatosis (Hacerse el muerto)
Si te sientes acompañado y te organizas en equipo puedes vencer al miedo.
Cuando los pensamientos se convierten en depredadores y estás continuamente con miedo, puedes llegar a desencadenar ataques de ansiedad, de pánico, depresión...y estar en un continuo "sinvivir" . ¿Cómo me encuentro cuando estoy triste? ¿Qué pasa en mi cuerpo? ¿Qué pensamientos vienen a mi cabeza?
¿Y qué puedes hacer? Pedir ayuda
El grupo de 4º de ESO de "Diver" decide sensibilizar a los compañeros, desde 1º de la ESO hasta 4º de la ESO. ¿Cómo? En primer lugar nos preparamos una historia de miedo.
"El misterio de la puerta negra"
¿Cuál es tu mayor miedo ? ¿Cómo podrías enfrentarte a él?
El mayor miedo de la mayoría de los alumnos es enfrentarse con la muerte especialmente de algún familiar. Una vez que expresan sus miedos se les dice que estos son, en su mayoría, el origen de los problemas de salud mental. Pensamientos que que viven como realidad y no sabes como afrontarlos.
Posteriormente les han contando que en la adolescencia hay un proceso de transformación que duele al igual que la mariposa que sale del capullo. A veces no te reconoces, cambia tu identidad y te sientes perdido y es un momento proclive a tener problemas de salud mental (ansiedad, depresión...). Que lo importante es recordar que es necesario pedir ayuda para desplegar las alas de la adolescencia a su máximo esplendor y así poder volar.
Finalmente les han regalado mariposas para que recuerden el poder que tienen para desplegar sus alas.
Y les han pedido que en sus alas, pongan una palabra, frase, mensaje que les gustaría escuchar en los momentos de bajón.
Recuerda que: Nada en la vida debe ser temido solamente comprendido ahora es el momento de comprender más para temer menos. María Curie.