jueves, 24 de octubre de 2024

Misión 11. La Escuela está temblando ¿De qué tiene miedo?

    Cuentan que en el año 2020, una terrible pandemia asoló la Escuela. Hasta el momento ella seguía sus rutinas de actividades, en su mayoría, repetitivas e iguales para todas y todos. Enseñanza que se recibía desde pupitres individuales en los que debían estar sentados escuchando las explicaciones del profesorado. La Escuela iba acelerada, sin tiempo para parar, para pensar y, de pronto, aparece un virus que nos demuestra que estamos conectados más de lo que pensamos y el miedo se convirtió en un mecanismo de protección que nos permitió ser precavidos para frenar el contagio, desde el altruismo y la empatía.
    Sin embargo la Escuela se resistía a parar, quiso seguir danto clase a través de pantallas y un listado de deberes que debían hacer con sus familias. Era como si la Escuela se resistiera a ver la realidad de lo que estábamos viviendo. Muchas personas morían, sin  que sus familiares pudieran despedirse y sin hacer el duelo pertinente. La Escuela necesitaba, más que nunca, una vacuna desde lo humano y emocional que pudiera acompañar y ayudar a los más vulnerables.
    El tiempo pasó y volvimos a una supuesta normalidad, en la que se pretendía olvidar lo que había pasado. Pero ya nada fue lo mismo. Las personas cambiaron y necesitaban algo más que pura instrucción.
   La Escuela seguía ajena a lo que nuestros jóvenes estaban viviendo, no fue consciente del poder de las Redes Sociales y de la Inteligencia Artificial en forma de Chatgtp.
    Pero a medida que pasaba el tiempo, empezó a perder el control. La Escuela empezó a temblar, el miedo le paralizó y se notaba una respiración forzada, una tristeza que se apoderaba de sus espacios, ¿ansiedad? ¿depresión?. Todavía no era consciente que tenía un problema de Salud Mental que empezó a contagiar a todas las personas que le rodeaban.
   Acompañada por un grupo de jóvenes, pidió ayuda ala Dr. Francisco Mora Teruel, médico y experto en Neurociencia. ¿Es miedo lo que tengo?, le preguntó. Francisco, que no era una persona de dar respuestas inmediatas,  se acercó a ella y le regaló un libro donde se podía leer "¿Es posible una cultura sin miedo?"

    Y fue así como la Escuela fue consciente que debía conocer lo que sentía para poder transformar su esencia. Y empezó a extraer ideas que aclararan su sentimiento y lo que estaba contagiando a los demás:
1. El sufrimiento y el miedo no dejarán de estar presentes, como resultado de la inseguridad e incertidumbre de vida y futuro que al final azotan al ser humano.
2. La reacción conductual inconsciente de miedo es una emoción innata, universal, que poseen casi todos los animales. Esta producida por una amenaza, un peligro para la supervivencia o evocada por el recuerdo de tales peligros y amenazas. En las personas, esta emoción gracias al cerebro y los mecanismos que generan la conciencia, se eleva al sentimiento. Es un sentimiento desagradable y dependiendo de su intensidad, puede llegar a ser el terror, pánico y hasta paralizante.
3.La amígdala es la principal puerta de entrada de información al "cerebro emocional" y ella misma por sus disposiciones innatas y en sus diferentes núcleos y circuitos, es la estructura con el diseño especial para detectar amenazas y peligros. Es después cuando se ponen en marcha las diversas respuestas motoras(contracción muscular), tanto faciales como corporales, de ataque o defensa, las respuestas viscerales a través del hipotálamo y tronco del encéfalo, sean la liberación de glucosa por el hígado (como alimento para el músculo), la activación del sistema respiratorio y cardiovascular (aumento de la frecuencia respiratoria y cardiaca), la activación del sistema endocrino (liberación de adrenalina y otras hormonas) y, por último, la liberación de neurotransmisores, como dopamina, noradrenalina, serotonina o acetilcolina(monoaminas), que en la corteza cerebral influyen en el proceso de alerta y elaboración de los procesos cognitivos.
3.La letra con miedo no entra (Mora, 2015:85). Nadie al recordar sus propias experiencias pasadas, y todos lo hacemos muchas veces en nuestras vidas, dudaría que hemos sufrido miedo (sutil si se quiere) en nuestros tiempos escolares. Desde el primer día, cuando nuestra madre nos dejó en la puerta del colegio, hasta que salimos de él. Y en ese colegio, y en sus infinitas vicisitudes, el miedo lo produjo  muchas veces el propio maestro, los compañeros y hasta el olor, los ruidos y el color de sus paredes.  (Mora, 2015:87).
4. En muchos centros escolares un miedo invisible envuelve su atmósfera. El niño experimenta así una sensación inconsciente que lo oprime y la aleja de esa espontaneidad que podría potenciar y liberar sus talentos. Y es solo durante el recreo que el niño se libera momentáneamente .(Mora, 2015:88).
5.Pero surgen muchos más miedos en el colegio. Hay niños que por distintas razones y causas  se sienten, en grados diversos, aislados, no son populares, no son capaces de formar grupo dentro de su clase y ese aislamiento les produce miedo, ansiedad, temores que  son el miedo al fracaso social. De hecho se ha descrito que sentirse no querido ser excluido por los compañeros es una de las emociones de miedo más frecuentes y difíciles de superar en la infancia y generadora de un fuerte rechazo y miedo al colegio. Miedos que se potencian cuando se silencian el problema ante los padres y  lleva a los niños a sentir una baja autoestima . Hay muchos niños en los que el miedo nace principalmente del temor a no alcanzar las expectativas que los padres y los maestros esperan de ellos. Y este es un proceso de retroalimentación en el sentido de que son los padres los que preocupados del posible futuro poco favorable de sus hijos establecen una relación inconsciente  sobre ellos en sentido negativo, de ansiedad ,miedo... en vez de una relación positiva consciente de estímulo y apoyo. Y eso mismo se expresa de modo más específico con el temor al fracaso académico, no solo en el caso del estudiante menos dotado para conseguir aprobar, sino en el alumno más dotado, incluso superdotado, por alcanzar las máximas notas, siendo muchas veces incompatibles por la cantidad de tiempo que requiere, con el éxito social  y ser apreciado por los demás del grupo. Creándose una cierta incompatibilidad entre el miedo al fracaso académico y el miedo a perder las relaciones con los compañeros y esto ocurre en cualquier nivel de la enseñanza. Asimismo se presentan otra serie de pequeños miedos como por ejemplo: el miedo a la participación abierta en clase, miedo hablar libremente y expresar lo que se piensa o emitir una opinión a favor o argumentar en contra de lo que dice el maestro en clase cuando este pregunta. el miedo a decir una tontería y ser minusvalorado por los compañeros, miedo a hacer el ridículo. En este contexto recuerdo lo que me dijo un maestro en una de mis recientes visitas a un Colegio de primaria: Tengo la impresión de que estamos fabricando alumnos asustados, adocenados, que no se mueven emocionalmente y no tienen iniciativa por miedo a equivocarse.(Mora, 2015:88).
6.Y junto con el miedo al fracaso académico no es menor el que padece el estudiante en  muchos colegios altamente exigentes con la presión académica en las evaluaciones constantes, que provocan dosis considerable de estrés y con ellos mal dormir, incluso mal comer. Hay niños en los que esos niveles de ansiedad son tan altos que muchas veces pueden llegar a padecer sudoración excesiva taquicardia extrasístoles u otras descargas anormales del sistema neurovegetativo simpático  (el sistema de alarma ). Es curioso y alarmante a la vez que los niños que sufren estos trastornos neurovegetativos en el colegio y en particular delante de cada evaluación, mantienen estas reacciones de alarma a lo largo de la edad y ante cualquier otra situación de estrés. En cualquier caso resulta evidente que en el colegio o por lo menos en la mayoría de ellos, el miedo es un elemento que está presente en toda actividad para mantener cierto nivel de control del sistema .Lo cierto que tras valorar estas realidades, es fácil deducir que en estudiantes vulnerables, hay un corto paso hacia la patología generadas por el miedo, por ejemplo algunos niños se apagan emocionalmente y no aprenden bien en el colegio, existe un apagón de su ilusión, su alegría por aprender y es con ese apagón emocional cuando aparecen problemas que a veces pueden asomar paradójicamente en forma no bien diagnosticada de hiperactividad o con síntomas depresivos que pueden derivar en atención difuminada y dispersa y con ello en un déficit en el aprendizaje. (Mora, 2015:89). 
7.Aunque sabemos que el miedo es una emoción clave y fundamental en nuestro equilibrio interior y en nuestra supervivencia ya que debemos tener miedo a ciertas cosas para no lanzarse a todo tipo de periplos y aventuras sin medida. (Marián Rojas). Debemos ser conscientes que "el miedo ha sido el arma más poderosa y perversa con lo que el hombre a esclavizado a otros. (Mora, 2025:157).
    La Escuela abrumada con todo lo que ha descubierto y siendo consciente del miedo que ha generado y contagiado, se plantea las siguientes preguntas:
   ¿En qué medida sería posible reconvertir las clases en una extensión de ese recreo en donde no haya miedo a equivocarse y si alegría, espontaneidad abriendo con ello todos los poros del conocimiento, disfrutar con ella y alejarse de la rigidez reglada y abstracta de la clase y la enseñanza? ¿es esto posible?  ¿se conseguirá con una preparación nueva y diferente de los maestros?¿con una nueva estructura de organización de los colegios?¿neuroeducación y neuro educadores. (Mora, 2015:88).
    Y llega a las siguientes reflexiones y conclusiones:
    Todo el mundo ha experimentado ese sentirse mejor después de hablar de sus preocupaciones miedos o quiénes les escuchan con interés y empatía y les devuelven soluciones emocionales coloquiales. Siendo beneficioso desanclar las memorias originales para volverlas a anclar eventualmente en un nuevo recuerdo, cambiado, diferente y cargado de menor ansiedad y miedo. (Mora, 2015:124).
  
    Las Escuela necesitaba encontrar soluciones para mitigar una emoción que estaba generando tanto sufrimiento en nuestra infancia y juventud. ¿Y ahora qué hacemos? ¿Por dónde empezamos? 
Empezamos consultando a grandes expertos, Marián Rojas nos ayuda ofreciéndonos información relevante:
1.La gestión de las emociones es el gran éxito y la puerta de entrada al equilibrio personal y al bienestar emocional. Cuando el miedo realiza un golpe de estado y se vuelve el amo y señor del comportamiento, nos encontramos ante un problema. En estos casos, la vulnerabilidad de la persona que lo padece aumenta y cualquier estimulo por pequeño que sea puede producir una descarga que altera química y fisiológicamente el organismo. Y ahí surge la ansiedad, el miedo patológico que bloquea e impide hacer una vida normal.
2.  Conocer qué sucede en nuestro cerebro. 
El centro del miedo se encuentra en la amígdala cerebral, lugar pequeño pero que posee una gran relevancia en nuestra vida y comportamiento. La amígdala, según estudios recientes, está activa desde el final del embarazo. Tiene una gran capacidad para almacenar recuerdos emotivos y reacciona dependiendo de las emociones que surgen. Ante el estrés, un susto o una amenaza se activa el sistema nervioso simpático. El cortisol (hormona liberada por las glándulas suprarrenales) se segrega, nos pone alerta y nos prepara para huir, luchar o sobrevivir. El cortisol, y la adrenalina, revolucionan el organismo, activando el corazón para poder llevar sangre a la musculatura (para poder salir corriendo) quitándosela, por ejemplo, a la zona intestinal (en ese momento no necesitamos comer; por eso la angustia bloquea el apetito).Si vivimos esa amenaza de forma constante, si nos sentimos estresados a menudo, si nuestros pensamientos negativos toman el mando de nuestra vida, el cortisol se cronifica (“intoxicación por cortisol“) y se va produciendo un deterioro progresivo del organismo a nivel del tejido óseo (mayor facilidad de fracturas), muscular (roturas fibrilares o contracturas) y de la piel, acelerándose el envejecimiento.Si la angustia sentida es muy potente, se producen cambios a nivel cognitivo. Un ejemplo claro;  la actividad en la corteza prefrontal (zona encargada de resolver problemas) disminuye, y por tanto nos cuesta ver con claridad las diferentes opciones. La respuesta que surge es, con frecuencia, la más primitiva, impulsiva y menos racional.
Con la información obtenida, la Escuela decide trabajar las Emociones y plantea las siguientes actividades para ayudar al alumnado a seguir creciendo, con una gestión de las emociones adecuadas.
1.El miedo es una emoción que nos protege, todo el mundo debería tener miedo, ya que activa nuestro Sistema Simpático con el objetivo de protegernos. 
2.¿Te imaginas que te encuentras frente a un animal salvaje que pretende devorarte y no tienes miedo? ¿Qué pasaría? Existen tres tipos de respuesta ante el miedo: 1. Huida 2. Lucha 3. Parálisis (hacerse el muerto).  Respuestas que preparan al organismo para estas acciones, aunque son reacciones que pueden resultar incómodas cuando no sabes por qué están sucediendo.

1. El arte de escapar       2. Lucha       3. Tanatosis (Hacerse el muerto)

Si te sientes acompañado y te organizas en equipo puedes vencer al miedo.

Cuando los pensamientos se convierten en depredadores y estás continuamente con miedo, puedes llegar a desencadenar ataques de ansiedad, de pánico, depresión...y estar en un continuo "sinvivir" . ¿Cómo me encuentro cuando estoy triste? ¿Qué pasa en mi cuerpo? ¿Qué pensamientos vienen a mi cabeza?
¿Y qué puedes hacer? Pedir ayuda 
El grupo de 4º de ESO de "Diver" decide sensibilizar a los compañeros, desde 1º de la ESO hasta 4º de la ESO. ¿Cómo? En primer lugar nos preparamos una historia de miedo.
 "El misterio de la puerta negra"
¿Cuál es tu mayor miedo ? ¿Cómo podrías enfrentarte a él?
El mayor miedo de la mayoría de los alumnos es enfrentarse con la muerte especialmente de algún familiar. Una vez que expresan sus miedos se les dice que estos son, en su mayoría, el origen de los problemas de salud mental. Pensamientos que que viven como realidad y no sabes como afrontarlos.
Posteriormente les han contando que en la adolescencia hay un proceso de transformación que duele al igual que la mariposa que sale del capullo. A veces no te reconoces, cambia tu identidad y te sientes perdido y es un momento proclive a tener problemas de salud mental (ansiedad, depresión...). Que lo importante es recordar que es necesario pedir ayuda para desplegar las alas de la adolescencia a su máximo esplendor y así poder volar.
Finalmente les han regalado mariposas para que recuerden el poder que tienen para desplegar sus alas.
Y les han pedido que en sus alas, pongan una palabra, frase, mensaje que les gustaría escuchar en los momentos de bajón.


Recuerda que: Nada en la vida debe ser temido solamente comprendido ahora es el momento de comprender más para temer menos. María Curie.