La Red Internacional de escuelas por la inclusión y la equidad pretende avanzar en el desafío de desarrollar instituciones escolares más inclusivas, ofreciendo oportunidades de aprendizaje y una red social que apoye a todo el alumnado sin excepción. Esto implica la construcción de comunidades escolares más acogedoras y creativas, que valoren las diferencias y crezcan de forma sistemática a partir de ellas. Quererla es Crearla convocó así esta Red de Centros Escolares de España y América Latina que deseen hacer avanzar sus prácticas para atender adecuadamente a todo el alumnado sin excepción.
- Equipo Directivo: Isabel, Lourdes, Fernando. Del Departamento de Matemáticas.
- Departamento de Orientación: Carmen, Pandora, Héctor, Juanma, Mª José.
- Departamento de Educación Plástica: Ana
- Departamento de Tecnología: Noelia
- Departamento de Música: Alejandro
- Departamento de Francés: Miguel
- Departamento de Matemáticas: David, Ángela.
- Departamento de Lengua: Marta, Aure, José Ignacio.
- Departamento de Física y Química: Manolo.
- Departamento de Biología: Charo.
- Departamento de Inglés: Patri, Patricia.
- Departamento de Geografía e Historia: Luís Carlos.
- Departamento de Educación Física: Carlos.
- DFEIE: Nuria
Espacios exteriores.
Recreo
Espacios interiores: servicios, aulas, mobiliario, decoración, organización de las clases, uso de recursos.
Contenidos del currículo ¿Con qué nos quedaríamos? ¿Qué eliminaríamos?, ¿Qué propondríamos?
Metodología : De lo que tenemos ¿con qué nos quedaríamos?, ¿Qué propondríamos?
Proceso de enseñanza aprendizaje: ¿Cómo aprendo mejor? ¿Qué tipo de evaluación nos gustaría? ¿Cuál es la más justa?
El alumnado
sueña su Escuela. En una ciudad de Málaga,
los estudiantes del IES Sagrado Corazón estaban cansados de la rutina
escolar. Los exámenes eran interminables, las clases demasiado largas y la
falta de actividades divertidas los hacía sentirse atrapados en un sistema
que no les permitía disfrutar del aprendizaje.
Un día, un
grupo de estudiantes decidió imaginar cómo sería su escuela perfecta. Enzo soñaba
con un lugar donde solo hubiera educación física y se eliminara la presión de
los exámenes. Harold Díaz imaginaba una sala de deportes
inmensa y moderna, junto con una sala de tecnología bien equipada y más
instrumentos musicales. Anastasia Vorona y varios otros
compañeros pedían más recreo, porque sabían que el descanso era fundamental
para aprender mejor. Pedían menos
estrés y más empatía por parte de los profesores. Imaginaban una escuela
donde los exámenes fueran justos, las tareas equilibradas y las clases se
enseñaran con juegos y proyectos en lugar de pura memorización. Para ellos
era importante que los juegos fueran variados y originales, no solo fútbol
repetitivo. El grupo
siguió soñando. Querían que la escuela tuviera intercolegiales, bandas de
música y teatros, además de un kiosko donde los estudiantes pudieran comprar
bocadillos. Deseaban que se fomentara el talento en música, tecnología y
arte. Para Candela, el sueño incluía una piscina, y para Flor,
más clases de música y respeto entre todos. Los baños
también necesitaban mejoras, según Aynur y sus compañeras,
quienes pedían espejos, papel higiénico y compresas para mayor
comodidad. Maksym deseaba vacaciones en noviembre, mientras
que Luuu soñaba con un instituto como un “high school de
Barbie”, lleno de color y diversión. Algunos
pedían más excursiones y talleres constantes, mientras que otros, como Mariah
Clara, querían eliminar la educación física por completo. Deseaban que
las clases fueran más cortas y que desaparecieran las matemáticas y el
inglés. Deseaban un ambiente con respeto y solidaridad, sin abusos entre
compañeros. Isra y otros compañeros pedían menos deberes y más tiempo de descanso.
Otros soñaban con una escuela con cafetería, sillas cómodas, tecnología
avanzada y clases más interactivas. Xu Hang Bin imaginaba un
sistema sin fichas ni estructuras rígidas. Propusieron clases para hablar de
cultura y chismes, y sugirieron una escuela de verano para seguir aprendiendo
de forma relajada. En esta
escuela de ensueño, también habría más deportes, instalaciones mejoradas y
espacios de relajación. Habría huertos, columpios y aulas al aire libre. En
lugar de largas horas de clase seguidas, habría pausas, más permisos para ir
al baño y llegar tarde sin problemas. Las asignaturas permitirían tener más
contacto con la naturaleza, huertos, animales. Las clases tendrían
más colores, con mesas redondas y que no hubiera mal ambiente. Fue así como
en nuestra Escuela se implementaron más talleres, más espacios de descanso y
nuevas actividades creativas. La escuela comenzó a transformarse en un lugar
más feliz y justo para todos. Aunque no todo pudo cambiar de inmediato, el
simple hecho de ser escuchados hizo que los estudiantes sintieran que su voz
importaba y que, poco a poco, su escuela soñada podía convertirse en una
realidad. |
“La Escuela que Soñamos el profesorado” Será una vez una escuela diferente a todas
las demás. Será como decía Ana Góngora, un refugio para todos
y todas, una isla de alegría en medio del ruido del mundo, donde
las oportunidades reales nos hacían iguales y donde cada día se
respiraba ilusión por aprender y enseñar.
En nuestra Escuela, los niños amaban ir
al colegio, como decía Patri. Allí se escuchaba con respeto,
no se gritaba, y el ambiente era tan bonito que a veces parecía que se
aprendía sin darse cuenta. El aula era un espacio de paz, y el profesor, un
guía al que todos atendían con cariño. Alejandro lo resumía perfectamente: “Una escuela ideal es esa a la que los
alumnos quieren ir porque les gusta aprender y están motivados.” Noelia sentía que
el instituto debía ser un sitio donde todos, alumnos y docentes, pusieran su
corazón. Y así era. Cada clase, cada proyecto, estaba lleno de actitud y
ganas. Para Carlos, el alma de la escuela
era esa mezcla de olores, sabores y sonidos: libros nuevos, bocadillos de
mortadela con aceituna, abrazos, amigos y muchas risas. Porque en Ana
Góngora se aprendía desde el estómago hasta el corazón. Fernando lo recordaba
en cada reunión: “Todos tenemos un papel importante. Solo si lo entendemos,
funcionará el instituto.” Y tenía razón. Pandora veía más
allá de lo académico. Decía que el sentido de la vida es ser feliz, y por eso
aquí aprendíamos a ser felices, respetando el ritmo de cada niña y
niño, valorando la diversidad como la verdadera riqueza. Carmen soñaba con
un lugar donde no fuera solo una alumna más, sino una persona única y útil,
donde el amor y el respeto prepararan para la vida. Y María José R. añadía una idea
poderosa: “La escuela debe estar humanizada, abierta a las emociones
y talentos. Sin muros que impidan vivir la vida. Con talleres de
fontanería, electricidad, y clases en el patio, entre árboles y juegos. Una
escuela viva, creativa, donde los mayores enseñan a los pequeños.” En
este instituto, las puertas siempre estaban abiertas, como decía Isabel.
Se asistía porque se quería, no porque se debía. Y eso lo cambiaba
todo. Héctor sentía que
era parte de un grupo donde todas las diferencias eran respetadas. Nadie
se sentía solo porque lo que unía a todos era la amistad, la equidad,
el amor y el compromiso. Miguel A. Godoy imaginaba un espacio donde cada estudiante podía explorar sus
talentos y ser guiado por docentes apasionados. Y David deseaba
que, en vez de gritos, hubiera abrazos. Y así era. Allí, el conflicto
se resolvía con empatía, no con castigos. Miguel decía que
debía ser un lugar para quienes no tienen "su lugar". Un espacio de
libertad, esfuerzo, confianza y cero acoso. Y eso era nuestro centro, una familia. Manolo soñaba con
una escuela que fuera como nuestra casa, donde el aprendizaje viniera
acompañado de alegría. Y Lourdes la imaginaba decorada con amor, llena
de buen rollo, arcoíris, cafetería, risas y buenas notas. Y Juanma, con una sonrisa, decía: “Un
centro lleno de alumnos como tú, lleno de color, de luz, de alegría…”. Y así será la escuela que
soñamos… y que estamos construyendo cada día. Porque
no hace falta magia para cambiar el mundo: basta con un lugar donde cada persona sea escuchada, valorada y
querida. Un lugar donde el conocimiento camina de la mano de la
empatía, donde la diversidad no se tolera… ¡se celebra! Donde los libros huelen a aventura, los pasillos suenan a risas, y las aulas brillan con ganas de aprender. Este no es solo un sueño: es un compromiso, es un viaje, es nuestro refugio, nuestro hogar, nuestra escuela. Y cada vez que abrimos sus puertas…hacemos del mundo un lugar un poquito mejor. |
Las familias sueñan… En un rincón del mundo, donde los sueños de una educación justa y equitativa tomaban forma, se erigía un instituto diferente a cualquier otro. Su nombre era "IES Sagrado Corazón" y su esencia se nutría de los anhelos de muchas voces que clamaban por un cambio en la forma de enseñar y aprender. Allí, cada persona era tratada con igualdad y respeto, desde los estudiantes hasta los profesores. Nadie era más ni menos que el otro, pues la educación y el trato justo eran los pilares fundamentales sobre los que se cimentaba su filosofía. Las aulas estaban diseñadas para ser espacios de inclusión y comprensión. No importaba de dónde vinieran los niños ni cuáles fueran sus necesidades, porque cada uno encontraba el apoyo adecuado para desarrollarse plenamente. La igualdad era una realidad tangible en cada rincón de la escuela. Violeta creía firmemente en la cooperación y en la importancia de educar a niños que creyeran en sus propias capacidades. Soñaba con que los alumnos crecieran con valores sólidos, sintiéndose capaces de transformar el mundo en un lugar mejor. En cada clase, les inculcaba la importancia de trabajar en equipo y de cuidar el entorno, pues el contacto con la naturaleza era una parte esencial del aprendizaje. Para el Papá de Jade, el IES Sagrado Corazón representaba la educación con la que siempre había soñado. Allí, sus hijos recibían una enseñanza digna, universal y de calidad. La ciencia, el arte y la cultura no eran simples asignaturas, sino herramientas para fomentar el pensamiento crítico y la imaginación. La libertad de expresión y el respeto mutuo eran valores irrenunciables dentro de las paredes de la escuela. Uno de los aspectos más especiales del IES Sagrado Corazón era su teatro, un sueño hecho realidad para que todos los hijos disfrutaran de un espacio donde se pudiera desarrollar su creatividad y expresarse libremente. Junto al teatro, había una piscina, pues el deporte y la recreación eran considerados fundamentales para el bienestar de los estudiantes. En esta escuela, cada materia iba más allá de lo convencional. No solo se aprendía matemáticas o literatura, sino también valores esenciales para la vida. La autoestima, la resolución de problemas cotidianos y el desarrollo de la imaginación eran tan importantes como cualquier otra asignatura. Los niños y los profesores eran una gran familia, donde el respeto y la bondad eran la base de todas las interacciones. La filosofía del IES Sagrado Corazón era clara: mejorar la educación significaba mejorar el mundo. Y así, día tras día, este instituto demostraba que una escuela ideal no era un sueño imposible, sino una realidad que podía construirse con esfuerzo, pasión y un profundo amor por la enseñanza. |
Una Escuela de Sueño. PAS En un
pequeño pueblo costero, había una escuela diferente a todas las demás. No
solo era un lugar de aprendizaje, sino también un barco que navegaba por
mares de conocimiento.
Antonio,
un joven curioso, siempre decía: Y tenía razón. Todos los días, profesores y alumnos trabajaban juntos para que el barco-escuela estuviera en perfectas condiciones, listo para surcar los océanos del saber. María
del Mar, soñadora y aventurera, veía la escuela de otra manera: Cada lección era una nueva travesía, cada examen, una tormenta que debían atravesar con valentía. Pero no todos los días eran fáciles. A veces, las diferencias entre alumnos y profesores hacían tambalear el barco. Ángela,
con su deseo de armonía, siempre intentaba unirlos: Y fue entonces cuando Emilia, les recordó algo fundamental: Con esas palabras, todos entendieron que, para que su barco-escuela llegara lejos, cada uno debía aportar su granito de arena. Desde entonces, trabajaron juntos, resolvieron sus diferencias y aprendieron que la educación era la mejor aventura que podían emprender. Y así, con esfuerzo y unión, la escuela-barco navegó hacia un futuro lleno de posibilidades.
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Todos nuestros sueños nos llevan con viento favorable a los siguientes puertos (creados por la inteligencia artificial cuando le hemos ofrecido todos los sueños de los distintos sectores de la comunidad educativa):
1.Educación más humana y empática
- Deseo de menos estrés, menos
deberes y mayor comprensión emocional.
- Profesores empáticos, que escuchen y comprendan a
los alumnos.
- Importancia de la autoestima,
la motivación y el respeto mutuo.
2.Cambio en la forma de enseñar
- Rechazo a la memorización
excesiva y los exámenes como única forma de evaluación.
- Preferencia por clases
interactivas, con juegos, proyectos, arte y trabajo en equipo.
- Valoración de los talleres,
excursiones y el aprendizaje práctico.
3.Espacios y estructuras más cómodas y creativas
- Peticiones de aulas más
coloridas, con sillas cómodas, tecnología moderna, mesas redondas
y espacios abiertos.
- Mejora de baños, con
higiene, privacidad y productos disponibles.
- Deseo de cafetería, kiosko,
biblioteca viva, aulas al aire libre, zonas de descanso y
columpios.
4.Fomento de talentos y expresión personal
- Espacios para música,
teatro, deportes, tecnología y creatividad.
- Libertad para expresarse y
desarrollarse individualmente.
- Igualdad y valoración de la
diversidad como riqueza.
5.Conexión con la naturaleza
- Inclusión de huertos,
animales, actividades al aire libre.
- Educación ambiental y contacto
con el entorno como parte esencial del aprendizaje.
6.Clima escolar seguro, alegre y respetuoso
- Rechazo al acoso y a los
abusos.
- Ambientes donde todos se sientan incluidos y valorados.
Navegando en un mar de sueños. ¡Atención, atención, pasajeros del gran viaje! Suban a bordo, que zarpamos sin miedo ni equipaje. Estos barcos de sueños van rumbo a un lugar, donde aprender es magia y la risa es el mar. ¡Bienvenidos marineros, futuros exploradores! Aquí no hay exámenes, solo mil aventuras y colores. Las velas son de cuentos, los remos de imaginación, y cada ola nos lleva a una nueva lección. Las gaviotas nos cantan canciones de ciencia, las estrellas nos guían con luz y paciencia. ¡Sujétense fuerte, que el viento ha soplado! La Escuela soñada nos ha esperado. Desde el cielo descienden barcos de los sueños, de velas tejidas con hilos de esperanza, navegando con rumbo seguro, hacia la Escuela soñada, la más bella danza. Las olas, testigos de aquella promesa, guían con brisa de inclusiva emoción. Sin muros ni miedos, con aulas abiertas, donde cada latido encuentra su voz. Tripulamos los barcos jóvenes valientes, con ansias de un mundo nuevo forjar, nuestras manos tendidas, nuestras mentes despiertas, sembrando justicia en cada lugar. Llevamos en alto la llama encendida de un sueño que el viento no puede apagar, donde todos y todas, sin miedo ni sombra, encontramos nuestro sitio, nuestro hogar, nuestro cantar. Los barcos avanzan, la Escuela despierta, y en ella la vida florece al llegar. Un faro ilumina la senda esperada: Un mundo donde aprender es amar.
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En un rincón del mundo, entre montes verdes y un cielo siempre
despejado, existía un lugar especial llamado "IES Sagrado Corazón".
No era una isla de mar y arena, sino una escuela donde la igualdad y las
oportunidades reales hacían que todos los niños y niñas se sintieran en casa.
Desde el momento en que cruzaban sus puertas, los estudiantes
eran recibidos con sonrisas, abrazos y el dulce aroma de libros nuevos. En los
pasillos resonaban risas y conversaciones llenas de respeto. Aquí, los niños
amaban aprender y los maestros enseñaban con pasión, motivados por el deseo de
ver crecer a sus alumnos no solo en conocimientos, sino en felicidad.
Las aulas estaban llenas de color y de entusiasmo. Cada
estudiante era único y valioso, y así se le hacía sentir. Aprendían a su ritmo,
sin presión, valorando la diversidad como un tesoro. En este lugar, nadie se
sentía solo, porque la amistad y el compromiso eran la base de la convivencia.
Las clases no solo ocurrían dentro de cuatro paredes; los
jardines y patios se convertían en espacios de aprendizaje y juego. Había
talleres de todo tipo: arte, música, fontanería, electricidad, teatro... Porque
la escuela es vida y el lugar que mayor vida alberga. Aquí, los más
experimentados enseñaban a los pequeños, creando una comunidad donde todos se
ayudaban y crecían juntos. Una Escuela de Vida.
No había gritos, solo diálogos y palabras amables. Cuando alguien necesitaba atención, la recibía en forma de abrazos...El respeto, la empatía y la alegría eran la norma. Y si alguna vez alguien tenía un mal día, siempre había un compañero dispuesto a ayudar.
En el "IES Sagrado Corazón", la educación era mucho más que aprender matemáticas o ciencias: era descubrir quiénes eran, soñar sin límites y encontrar su propio camino en la vida con confianza y amor. Y así, día tras día, esta escuela seguía siendo el refugio de todos y todas, un lugar donde la felicidad y el conocimiento iban de la mano.
FASE 1:
Diagnóstico y Escucha Activa
- Objetivo: Identificar las necesidades
reales de la comunidad educativa.
- Actividades:
- Encuestas y asambleas con
alumnado, profesorado y familias.
- Evaluación del clima escolar
actual.
- Observación directa en clases y espacios comunes.
- Análisis de los niveles de estrés, motivación y bienestar
FASE 2:
Creación de una Visión Compartida
- Objetivo: Definir los valores, metas y
principios de la nueva escuela.
- Actividades:
- Redacción participativa de un
“Manifiesto Escolar”.
- Formación de comisiones
temáticas (bienestar, espacios, innovación...).
- Identificación de prioridades realistas a corto, medio y largo plazo
FASE 3:
Formación y Transformación Pedagógica
- Objetivo: Cambiar el enfoque de
enseñanza-aprendizaje.
- Actividades:
- Formación del profesorado en
metodologías activas: aprendizaje basado en proyectos, gamificación,
trabajo cooperativo, educación emocional...
- Evaluación alternativa:
portafolios, autoevaluación, rúbricas.
- Adaptación del currículo para incorporar arte, expresión, naturaleza y diversidad.
FASE 4: Rediseño de Espacios Escolares
- Objetivo: Crear un entorno físico acogedor,
creativo y flexible.
- Actividades:
- Co-diseño de aulas con
alumnado y profesorado (mobiliario móvil, mesas redondas, zonas de
calma).
- Mejora de baños, patios y
zonas comunes.
- Creación de rincones de lectura, zonas verdes, huertos, columpios o espacios al aire libre.
FASE 5: Fomento
del Bienestar y la Convivencia
- Objetivo: Construir una comunidad
escolar segura, inclusiva y alegre.
- Actividades:
- Plan de convivencia basado en
el respeto, la escucha y la resolución pacífica de conflictos.
- Tutorías emocionales, tiempo
para hablar de lo personal y talleres de autoestima.
- Celebración de la diversidad a través de actividades culturales y creativas.
FASE 6: Evaluación Continua y Mejora Progresiva
- Objetivo: Medir el impacto y adaptar el
camino.
- Actividades:
- Revisiones trimestrales con
todos los sectores de la comunidad educativa.
- Espacios de participación para
ajustar las decisiones.
- Publicación de avances y logros visibles para la comunidad.