martes, 18 de febrero de 2025

Misión 14: Libera a la Escuela del Laberinto del tiempo.

Cuentan que una vez en un tiempo pasado, la Escuela se transformó por un visionario como fue Giner de los Ríos, un andaluz que nació en Ronda (Málaga) en octubre de 1839 y creó en 1876, la Institución Libre de Enseñanza. Apoyados por intelectuales de aquella época como  José Ortega y Gasset, Santiago Ramón y Cajal, Gregorio Marañón. Joaquín Sorolla, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Miguel de Unamuno, Benito Pérez Galdós,  Emilia Pardo Bazán, María Montessori, Gabriela Mistral, Charles Darwin…Se trataba de Escuelas de educación activa que desarrollaba la espontaneidad, la creatividad y la investigación. Se crearon Organismos como: Museo Pedagógico Nacional, Junta para la ampliación de Estudios, Centro de Estudios históricos, Instituto Nacional de Ciencias Físico-Naturales, Misiones Pedagógicas… Pero todo ello cayó en el olvido y los centros educativos volvieron a quedarse atrapados en el laberinto del tiempo, un laberinto caracterizado por la monotonía y la repetición. Sus muros, inalterables, guardaban el silencio y suspiros de muchos jóvenes que tuvieron que asimilar métodos de enseñanzas que no se adaptaban a las nuevas realidades de una sociedad en constante evolución.

Un 21 de abril, coincidiendo con el Día Mundial de la Creatividad y la innovación, un grupo de adolescentes, inconformes con la monotonía y la rigidez de su aprendizaje, decidió descubrir por qué los institutos nunca cambiaban. Al adentrarse en los pasillos menos transitados, encontraron una puerta diferente a las demás. Al cruzarla, se vieron envueltos en un laberinto interminable, con pasillos en espiral y relojes gigantes que giraban en sentido contrario. Comprendieron que su instituto estaba atrapado en una dimensión fuera del tiempo, condenado a la repetición eterna.

    A medida que avanzaban, encontraron  una especie de agujero negro con lo que parece una puerta ¿Nos adentramos?  

y al adentrarse encontraron una sala repleta de objetos ¿Serían llaves?

Detrás de una gran pantalla y ocultas tras unas cortinas encontraron un gran laberinto con puertas, cada una custodiada por un guardián...

Se trataba de un lugar poco transitado, debido al miedo a lo desconocido,  a salir de la zona de confort y a perderse. El gran reto: llegar a la cámara del Tesoro (La Escuela Soñada) y para ello será necesario atravesar las puertas  con osadía e ingenio y superar los retos que os  permitirían conseguir recompensas. ¿Os atrevéis?

   Debes estar preparado porque te encontrarás con personas que levantarán falsos muros para despistarte  y que no sigas avanzando.
    La puerta negra permitirá liberarte de tus miedos. ¿Cuáles son? Enfréntate a ellos y no permitas que el miedo te quite la posibilidad de ser libre y crearte tu propio camino. 
Coge la piedra  que te ayudará a adentrarte en el camino y salir de la zona de confort que te oprime.
Ahora sí… ya estás preparado para entrar... ¿te atreves? Nos agarramos de las manos y en equipo deberéis encender la chispa. La unión enciende la luz y activa el sonido. El cuerpo humano conduce electricidad
Iniciamos la aventura, Irás superando retos que serán canjeados por puntos. Si superas los niveles  y atraviesas todas las puertas, llegarás a la cámara del tesoro.: La Escuela soñada. Un emprendedor ha de soñar pero sobre todo trabajar y aprender de los errores” (Esteban Cuéllar Hansen)
Os acercáis dos pasos, de forma sigilosa, en dirección a la entrada. Pero…de repente, de las profundidades de la tierra emerge el primer guardián para bloquear la entrada. ¡Un gigantesco guerrero de madera, Deb- Eres!, con palillos de mikado. Utilizad vuestras mejores ideas para lograr entrar. Recuerda que los límites los pone vuestra imaginación. ¡Buena suerte !
    Los equipos ponen a su disposición sus mejores estrategias. Las primera soluciones son invasivas: ¿Un hacha? ¿Una metralleta?


    Pero pronto se dan cuenta que las soluciones para entrar pueden permitir que disfrutemos todos en el proceso.